Cuando es prácticamente imposible trabajar con válvulas de entrada de aire, o si quiere ventilar en función de una presión constante, el aire se puede introducir por presión negativa o con un ventilador de entrada forzada (en función del tipo de ventilación). La chimenea de entrada forzada de aire lleva un distribuidor de aire exclusivo compuesto de lamas de acero inoxidable. Orientándolas en la dirección deseada, se pueden eludir de forma sencilla obstáculos como cortinas. La parte de recirculación integrada hace que el aire caliente de la nave se mezcle con el aire exterior fresco entrante. La parte superior aislada de la chimenea y la capa de aire estancado de 8 mm entre ambas paredes de la estructura doble evitan que el aire se condense en la chimenea. La proporción aire recirculado/aire exterior se establece con la válvula antirretorno.